sábado, 8 de marzo de 2008

América Latina: sentados en el hormiguero

Qué días estos últimos!!

Sin duda, por más desinformados que cualquiera pueda estar, habrán escuchado las vicisitudes de lo sucedido entre Colombia y Ecuador, y la participación de los demás estados latinoamericanos. Dejé pasar unos días esperando que las cosas tomaran un rumbo definido, pero me encontré con que nunca hizo eso, sino que terminó en un callejón sin salida, en el fondo del cual, en la penumbra, se ven los dientes sonrientes del vecino del norte.

Recordemos que todo comenzó con un ataque de las tropas colombianas, apoyadas por los servicios de inteligencia estadounidense, sobre un cuartel de las FARC, el cual fue un éxito total. El problema estuvo en que el ataque se hizo en territorio nacional ecuatoriano y Uribe, ante el reclamo de Correa, dio una atrás de otra excusas infantiles que no resistieron el menor análisis. Primero quiso decir que fue en territorio de Colombia, luego, que fue una "persecución" que terminó donde terminó, pero las pruebas concluyentes de que fue un ataque totalmente premeditado, planeado con varios días y hastas semanas de anticipación (incluso a ciertos negociadores franceses se les advirtió desde el gobierno colombiano que no fueran a esa zona), y sin combate real, ya que se lanzaron bombas sobre gente desprevenida y luego simplemente a la mayoría se los remató, determinó que el presidente colombiano tratara de tomar el control de la situación amenazando tanto a Correa como a Chávez de ayudar a los guerrilleros.

A mi entender la reacción, al menos la ecuatoriana, fue lógica: ante la violación de su territorio suspendió relaciones diplomáticas y desplegó sus tropas en la región. Lo de Chávez es lógico también pensando en el carácter del dirigente bolivariano y su oposición al régimen de Uribe. El rechazo de las acusasiones se ve reforzada sobre todo por la amplia labor de las fuerzas ecuatorianas en la erradicación de bases de las FARC que se instalan en su territorio provenientes de Colombia, cosa que el presidente colombiano ignoró olímpicamente, aunque la información seguro es de su conocimiento.

En medio de este conflicto era lógico que hicieran su aparición los demás países americanos: del lado de Colombia se plantó Estados Unidos, con toda su idea de "guerra preventiva", y sus países títeres, y por el otro lado los países de Sudamérica, contrarios a esa política y condenatorios de la actitude colombiana. Los enfrentamientos se dieron primero en la reunión de representantes de la OEA y luego en el Grupo de Río. Los principales resultados se vieron en la segunda reunión, ya que en la primera, la influencia yanqui evitó cualquier condena demasiado explícita.

En República Dominicana, en cambio, Uribe debió retroceder ante la presión de los países de la región, y aceptó pedir disculpas por escrito a Ecuador acerca de lo sucedido. Antes, lanzó acusaciones de comunistas que molestaron a muchos de los presentes y lo aislaron aún más. Aunque el final fue una farsa, con un apretón de manos casi de compromiso entre Uribe y Correa, saludo que no significa nada. Uribe sigue sin tener en cuenta otra cosa que los dictados de sus jefes del norte, los que lo mantienen en el poder a fuerza de dólares y ayuda militar.

Sin embargo, una de las cosas que sin duda hace sonreir a Uribe es que sus esfuerzos por hacer fracasar los intentos de negociación por los rehenes sigue dando resultados. Ya a fines del año pasado, utilizó a sus tropas para frustrar momentáneamente la liberación de tres rehenes, y ahora consiguió matar al principal intermediario de las FARC en el tema. Este hecho ha provocado el disgusto incluso del presidente francés Nocilas Sarkozy, que hace tiempo tenía negociadores en la selva colombiana, hecho informado a Uribe y cuyo contacto era el propio Reyes. Ahora, habrá que ver como se puede reanudar las negociaciones que lleven a la liberación de nuevos rehenes. Pero las posiciones son claras: mientras las FARC liberaron a diez personas más, las tropas colombianas siguen lanzando ataques casi indiscriminados por todo el territorio, como ya dijimos ayudados por los Estados Unidos, y de vez en cuando aciertan una.