sábado, 12 de enero de 2008

Los rehenes y los actores

Parece que al fin ha terminado el asunto con los rehenes de las FARC en Colonbia, al menos el capítulo dedicado a Clara Rojas, su hijo Emanuel, y a Consuelo González, y es hora, creo, de hacer un balance.

Los mayores perdedores parecen haber sido Uribe, el presidente de Colombia, y los Estados Unidos, su principal sostén en la "aparente" lucha contra las FARC, esto a pesar de la victoria que significó lo de Emanuel. Pero las palabras de las rehenes recién liberadas dejaron a Uribe como un gran mentiroso, sobre todo en el asunto de que según él no había habido movimientos de tropas ni ataques durante los días de las negociaciones, y también debido a los elogios que ambas mujeres hicieron a Chávez y a la senadora opositora Piedad Córdoba, y extensivos a los demás miembros que participaron de la misión humanitaria. A pesar de que en Colombia, la mayoría parece respaldar la intransigencia de su líder, salta a la vista que ni él ni sus antecesores han podido resolver este problema, ni siquiera con la ayuda del norte, que da al gobierno colombiano cerca de U$S 1.000 millones de dólares al año. Creo que es hora de que Uribe cambie de estrategia o simplemente le pase el paquete al siguiente presidente.

No hay dudas de que Chávez se fortaleció con la liberación de las rehenes, pero parte de esa victoria empezó a dilapidarla con lo que supongo es el pago acordado con las FARC: la solicitud de que sean tratadas como un ejército insurgente y no como un grupo de terroristas. Un ejército, según la definición de la Real Academia, es el conjunto de las fuerzas aéreas o terrestres de una nación, y las FARC no representan a ninguna nación, ni siquiera al pueblo colombiano, tal vez solo a una parte de él. Por lo tanto no pueden pretender un reconocimiento que no les corresponde. Sí estoy de acuerdo con que les corresponde el epítome de guerrilleros más que el de terroristas, ya que sus accionares son típicas de esas fuerzas paramilitares.

Argentina también tuvo lo suyo, y las rehenes lo reconocieron al punto de planear un viaje hacia nuestro país para venir a agradecer personalmente a los Kirchner. Esto ha sido un duro golpe a los grupos opositores que, descaradamente y sin sentido, vituperaron la labor de Néstor Kirchner dentro de la misión humanitaria, interponiendo sus egoísmos y odios personales a la idea fundamental de la oposición, y no pudieron responder ante los hechos consumados, debido a la carencia de ideas de sus agresiones.

En definitiva, no hay que perder el objetivo final. Hay más de setecientos rehenes que esperan ser liberados y hay un grupo guerrillero que se enseñorea dentro de un país. Hasta que ambas situaciones, que en definitiva son dos caras de una misma moneda, no se solucionen, y en cambio sigan primando los intereses espurios de algunos gobiernos, junto a la desidia y a la ignorancia de otros sectores, la situación seguirá siendo comprometida y peligrosa, tal vez como algunos justamente quieren que sea.

No hay comentarios: