lunes, 31 de diciembre de 2007

Religión III: el fanatismo

El tema que me ocupa hoy es el fanatismo religioso. ¿Qué vendría a significar esto? Sin duda, un fanático es, según definición de la Real Academia, aquél "que defiende con tenacidad desmedida y apasionamiento creencias u opiniones, sobre todo religiosas o políticas." En el caso que nos ocupa, un fanático religioso es el que piensa que su religión o creencia está por encima de la de los demás, y generalmente obra en consecuencia, es decir, trata de imponerla por distintos modos de coacción, generalmente la fuerza.

Como dijimos, este tipo de fanatismo es unificista (perdón por el término, es poco utilizado y casi incorrecto, pero lo prefiero), es decir, pretende volver único un cierto modo de pensar, o en este caso, de creer. Su fuerza descansa en lo que podríamos llamar el Póker de Ases: el poder espiritual (As de Corazones ♥), el poder militar (As de Espadas ♠), el poder económico (As de Diamantes ) y el poder político (As de Tréboles ♣). Dependiendo de la fortaleza que posean de cada uno de estos poderes, será el grado de peligrosidad del fanatismo en cuestión.


Nos dedicaremos a continuación a analizar, siguiendo estos parámetros, a los tres principales fanatismos religiosos: el cristiano, el islámico y el judío.

* el fanatismo cristiano ya no es lo que solía ser. Tuvo su apogeo en la edad Media y siglos subsiguientes, cuando la Iglesia Católica era la única iglesia cristiana fuerte (más bien la única iglesia cristiana, ya que ella misma se encargo de eso). Poseía ejércitos, oro, dirigía la vida de reyes y creyentes. Era, en suma, el fanatismo por excelencia. Nunca una institución religiosa acumuló tanto poder para hacer lo que quisiera y cómo quisiera: la Santa Inquisición, las expulsiones de judíos y musulmanes, las Cruzadas a Tierra Santa son prueba de ello. Pero su propia hegemonía fue su fin. Las divisiones empezaron a surgir en su propio seno (protestantes, luteranos, anglicanos, evangélicos, etc.) y el fanatismo comenzó a perder fuerzas.

Si hoy en día analizamos cuál de los ases posee, veremos que no hay una sola insitución cristiana que pueda llevar adelante actos de fanatismo religioso de consecuencia relevante. La Iglesia Católica sigue siendo la más fuerte de ellas y apenas podría decirse que posee el As de Diamantes, el poderío económico. No hay dudas de que su poder espiritual se ha ido debilitando por los diferentes cismas y por su propia intransigencia. Asimismo, su influencia política también ha mermado bastante y tampoco cuenta con un ejército que siga sus órdenes.

En definitiva, salvo esporádicas burbujas de intolerancia dentro de la acuosa superficie estática del cristianismo actual, el fanatismo cristiano lejos está de la posibilidad de imponer por la fuerza su fe.


* el fanatismo islámico era casi desconocido para Occidente hasta aproximadamente la década de los 50'. La creación del Estado de Israel, favorecida por Gran Bretaña y Estados Unidos, desequilibró las tensas relaciones árabes y adicionó un elemento más de conflicto a la región, unificando a los creyentes islámicos contra el nuevo "enemigo", el expansionismo judío. Ataques terroristas, sabotajes, coches-bomba y, desde principios de la década del 80' atentados suicidas (gracial al ayatollah Jpmeini, uqe hizo simplemente lo que ha hecho la Iglesia Católica durante tanto tiempo: darle la espalda a su libro sagrado, el Corán, que prohíbe el suicidio, pero Jomeini lo convirtió en algo más redituable política y religiosamente hablando, al considerar el sacrificio como una forma de llegar directo al cielo).

El islamismo tiene un par de ases realmente buenos: el espiritual, con una religión firmemente establecida en los corazones y mentes de los creyentes, así como el económico, con varios grupos y/o países financiando sus actividades, principalmente originados en el petróleo. Pero aún carecen de un adecuado poder político fruto de las disensiones internas entre los países árabes, y no poseen una fuerza armada capaz de enfrentarse a las potencias nucleares (recordemos que "aparentemente", solo Pakistán posee armas de ese estilo).

Sin duda, el fanatismo islámico es peligroso (el 11-S, la masacre de Atocha, y miles de etc.), está en ascenso y sin duda crecerá más, pero hoy en día no puede hacer un firme frente contra el fanatismo religioso más grande y peligroso de la actualidad.


* que sin duda es el fanatismo judío. Hoy en día es la religión que cuenta con los fanáticos más peligrosos. Sin duda, la historia del pueblo judío es larga, llena de altas y bajas (aunque parecen recordar solo los momentos en que fueron víctimas, nunca cuando fueron victimarios), pero para algunos judíos, sobre todo ultraortodoxos, esa historia parece darles el derecho a realizar ciertas reclamaciones que no se corresponden con la actualidad de las cosas. Para complicar la situación, su instalación en el Cercano oriente les ha dado la puerta de acceso a sus reclamos, al ponerles sus proncipales objetivos al alcance de la mano, principalmente en relación a Jerusalén, ciudad sagrada para varias religiones.

Lo más preocupante es que poseen el póker de ases más sólido que se ha visto desde las mejores épocas de la Iglesia Católica: un sentido de la religión muy fuerte, un poder económico superlativo, toda la organización del Estado de Israel y una fuerza militar privilegiada, con arsenales nucleares y el apoyo tácito de los Estados Unidos.


Sin duda lo peor que podría suceder para la región y para el mundo sería que alguna facción de ultraortodoxos judíos se alzara con el poder. Incluso su fanatismo podría llevarnos a la TGM. por ahora, el delicado equilibrio se mantiene a duras penas, situación que proseguirá hasta que finalmente se inicie un conflicto religioso o hasta que los fanáticos desaparezcan, aunque esto último encuadraría dentro de la categoría del milagro.

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